Todo parece ser posible en Tierra Santa… TODO.
Algo que los indeseables procederes de una parte nada anecdótica del excedente poblacional islámico llegado a este continente, sin olvidar las nefastas políticas endófobas de quienes nos desgobiernan, hacen que aquí sea impensable, pero sí una realidad en Próximo Oriente.
Allí, musulmanes y cristianos, cristianos y musulmanes, reclamando unidos la auténtica capitalidad de Jerusalén.
Dos realidades diametralmente opuestas aunque el enemigo, como bien sabemos, en Europa y allí en Palestina, entre bastidores o a cara descubierta, sea el mismo.
No es nueva esa alianza interconfesional. Y va mucho más allá de una simple ilustración.
Hace tiempo que los unos y los otros, ambas comunidades pero el mismo pueblo, luchan por defender lo poco de Patria que les queda y por recuperar la mucha que les ha sido arrebatada durante décadas, mantener una historia en común que desaparece bajo los ilegales asentamientos judíos y hacer respetar sus respectivas religiones, lugares sagrados de culto, etc. frente al brutalismo israelí.
Quienes lanzan piedras a los carros de combate de las fuerzas de ocupación ya no son únicamente los de la Media Luna, también son los de la Cruz: hombres y mujeres, jóvencísimos valientes en su mayoría, incluso críos.
No obstante, que bien se guardan los medios de desinformación, occidentales y árabes, adláteres del matón yankee y del pueblo autoproclamado elegido, el no explicitar con la debida exactitud la confesión del anónimo héroe convertido en enésimo mártir caído bajo la criminalidad sionista.
Por al – Quds… INTIFADA.
Herr Nein