¡Quién nos iba a decir que la popularmente conocida como “Ley de Memos Histéricos” llegaría a tener utilidad práctica!
Y es que la Generalitat, siempre a la vanguardia en lo que a apropiaciones históricas se refiere (véase si no Cervantes, Colón, Santa Teresa, etc), lleva ya un tiempo aprovechando la retirada de las placas (sí, las del Yugo y las Flechas) de los bloques de pisos del Régimen del 18 de Julio para colocar las suyas.
Debe ser que, en comparación con las más de 4 millones (se dice pronto: y sólo entre 1961-1975, si empezáramos a contar desde 1940 las cifras serían mucho mayores) construidas al amparo del Instituto Nacional de la Vivienda para las familias humildes en tiempos de Franco, a los comisarios politicos de la “gencat” las erigidas en estos años (véase las casas-contenedor de la inefable Ada Cola-Cau) les parecen una birria y han decidido ahora (entre multa y multa a los sufridos autónomos por no rotular sus negocios en catalán) dar el cambiazo.
Quedamos a la espera, pues, que a la retirada de las cientos de miles habidas en el resto de España y cuando se apruebe la Ley de Memoria Democrática, éstas sean sustituidas por otras con el correspondiente logo de la rosa sociata, la gaviota pepera, el circulo morado podémico, la “V” voxera o, ya puestos, la serpiente bilduetarra, por qué no.
Ciertamente, “lademocraciaquenoshemosdado” desde aquel infausto 1978 no resuelve un puñetero problema de los ciudadanos, en realidad los enquista, pero…¡qué risas nos echamos a cuenta de ella, tú!
CACHÚS
Esta ley es antisocial, y solo favorece al que fabrica o vende las otras placas.