El socialismo decimonónico pensaba que la clase trabajadora se redimiría con la educación.
Hoy tenemos educación universal obligatoria “hasta que los padres se mueran”, más bibliotecas que bares, acceso directo individualizado a la gran cultura desde la propia cama a través del móvil e Internet, todo gratuito, profesores de apoyo, psicólogos en los colegios, un ministerio de cultura y 17 consejerías de educación, una concejalía de cultura por ayuntamiento con su correspondiente plantilla de funcionarios…
Y el resultado de tanta educación y tanta democracia son estos tipos idiotizados, ignorantes, blandengues de mente y espíritu… ¡Viva la Constitución!
F.A.