Durante la apertura de la ampliación del Museo del Prado en el año 2007, allí estaba colgado el gigantesco cuadro que pintó Antonio Gisbert representando el fusilamiento del general Torrijos.
El rey Juan Carlos I inauguró el nuevo Prado y los reporteros gráficos que cubrieron el evento no pararon hasta que le captaron con sus cámaras delante del cuadro en el que Torrijos está a punto de morir por orden de un Borbón.
Es lo que tiene la memoria.
Gutiérrez