Tras la IIGM, en la República Federal Alemana se acuñó el concepto de “patriotismo constitucional”.
La RFA necesitaba -y el Occidente de los Aliados también- un patriotismo alemán, pero vaciado de contenido. La Raza, la Misión histórica, la Cultura Germánica, el Sacro Imperio, el II y el III Reich debían ser eliminados de la Conciencia del Pueblo Alemán y sustituidos por los “valores constitucionales”. Es decir, había que demonizar y sepultar el Nacionalismo alemán y la Revolución Conservadora y sustituirlos por un “patriotismo constitucional” melifluo, sin garra. Había que sustituir a la Nación Alemana por la República Federal.
Esa teoría del “patriotismo constitucional” fue introducida en España por José María Aznar y, ahora, la incorpora Pedro Sánchez a su léxico como ‘patriotismo democrático’, lo que se traduce en sustituir a la Nación Española por el R78.
Por eso, en lugar de enviar Tropas a Canarias, Ceuta y Melilla para defender la Soberanía española, amenazada por Marruecos -e Israel, en Canarias-, las envía al Báltico y a Bulgaria para defender los intereses de la Élites Globalistas.
PEDRO PABLO PEÑA