Si hay algo que de veras me estremece
es gritar el “¡PRESENTE!” a los Caídos.
Porque implica un recuerdo permanente.
Porque implica un eterno compromiso.
Porque nos vuelve a unir con un pasado
que sigue inalterablemente vivo.
Ese “¡PRESENTE!”, retumba como un trueno
y se alza a los Cielos feroz y decidido.
Y rasga hasta las dudas más profundas
e ilumina el futuro y nos marca el camino.
Cómo no tener Fe cuando sabemos,
que la muerte no es más que un acto de servicio.
Una etapa, sin más, igual que tantas,
por la que transitar hacia el destino.
No gritamos “¡PRESENTE!”, por gritar.
No es un grito vacío.
Los Luceros conocen su verdad.
No morirán jamás nuestros Caídos.
MANUEL CABO FUEYO