En Italia, voluntarios bien pagados como los de la foto, ayudarán a los niños a cruzar la calle en las entradas y cercanías de los colegios.
Lo que antes era misión de un guardia, de los colegios o de los abuelos, ahora es una profesión. En Reino Unido y otros países también existen estos servicios, pero nunca hasta el momento en manos de inmigrantes voluntarios -me asalta la duda de si inmigrantes y voluntarios en la misma frase es redundancia o no…-
¿Por qué no buscar en las filas del paro abuelos o chicos jóvenes para este voluntariado “remunerado? Porque haberlos, háilos. ¿Es un trabajo “que no queremos hacer”? ¿O se trata de parte del “gran reemplazo?
Personalmente opino que para ayudar a cruzar la calle basta ser buena persona, algo escaso en esta sucia sociedad y en la inmigración que recibimos por toneladas de carne.
Ya sabes quién vigila a los niños: Makumba, Sharik, Ngana, Akani, Anuar y Menelik. No tienen por qué ser peores que una Jennifer, un Johnatan o la Vanne pero, y caramba… el descaro en el gran reemplazo no tiene límites.
Y ahora, aplaudamos todos juntos este gesto de integración a base de nuestros impuestos y nuestros puestos de trabajo mientras coreamos sincrónica y sinceramente:
¡Arrivederci Europa!
A.MARTÍN