El pasado 29 de agosto Michael Jackson hubiera cumplido 62 años.
Afortunadamente para los niños del mundo este personaje hecho a medida de show business pasó a otra vida con el suficiente sufrimiento como para compensar un poco a muchos de haberle tenido encima antes de los 12.
Jackson, de indudable talento musical, se convirtió, como tantas estrellas de seis cifras o siete, en un engendro. Un esclavo de sus miedos y pasiones. A mí, la verdad, que se mueran con la chuta o el rulo colgando o en una carretera a 250 km/hora me la repanpinfla, pero niños… nanai.
Como esto es El Tocata de El Cadenazo vamos a dejar las opiniones aparcadas y vamos a ser “professionals”.
En recuerdo del quinto Jackson: Michael. Aleluyah!
(Por cierto, la idea para la isla de Epstein la sacó del Peter Pollas negro y su Graceland… si no lo digo, reviento)
A.MARTÍN