Con lo pesaditos que se ponen con el diálogo, la tolerancia, las negociaciones, reescribiendo la historia, buscando escusas para su venganza personal… y la solución la tienen en el chino de la esquina.
¡Cambiarle la etiqueta a todo, Pedro & Pablo! Con la basura de educación que dais a nuestros hijos, en unos años ya no sabremos ni leer.
Al final Rufián y su impresora servirán de algo: Made in Spain, made in Spain, made in Spain…
A.MARTÍN
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